Última actualización 02 de Febrero de 2015 Contenido de la página 1. Metodologóa sobre la enseñanza del ajedrez 2. Como ser un mejor jugador de ajedrez
Author: Gustavo
Chavez
Este artículo trata de poner su granito de arena, analizando de manera
clara y objetivo la forma en que cualquier persona, podría subir su nivel
ajedrecístico, sobre todo a nivel competitivo, en niños que son el cimiento de
futuros grandes prospectos en este noble juego. El problema fundamental radica
en el hecho de que han sido pocos los programas serios, para que se realice una
sistematización que retribuya en resultados positivos para el ajedrez.
Como son pocos los lugares en donde se enseña este bello juego, es normal
que cada quien lo aprenda por su cuenta y lo estudie bajo sus propios medios.
Cuando algunas personas llegan a sobresalir y están listas para una
competición, buscan por lo general un maestro que le enseñará bajo sus propios
criterios. Esto no sería malo si no fuera por el frecuente cambio de maestro
que tiene. De esta manera, los jugadores no se adaptan a un estilo específico,
el cual conlleva a un rendimiento más bajo de lo esperado. Lo ideal es que se
estableciera un método específico de enseñanza que tendría la ventaja de
poderse medir todo progreso en forma científica; y si este método se lograra
impartir en escuelas primarias y secundarias, se haría un gran avance por dos
sencillas razones: La primera es que permitiría que hubiera más partes donde se
impartiera el ajedrez en forma seria, permitiendo a su vez que tenga más
difusión, formando una gran pirámide de jugadores. La segunda es que si hay más
jugadores, habrá mayores posibilidades de elevar el nivel ajedrecístico y
cultural.
Si el jugar ajedrez de por sí es difícil, jugar muy bien todavía es mucho
más difícil. Esto se debe principalmente a que la bibliografía sobre dicho
juego es muy extensa, aparte de que la teoría avanza a un ritmo
vertiginoso acorde a las exigencias del mundo actual.
El jugar bastante sin estudiar la teoría, puede llevar a jugar bien, pero
esto puede ser ilusorio, ya que es muy difícil que una persona adquiera un buen
nivel ajedrecístico sin un entrenamiento regular, el cual es muy parecido a
cualquier deporte físico.
Por eso, es importante partir de una metodología que señale algunos
aspectos que inciden positivamente en el proceso de entrenamiento y enseñanza,
para que de alguna manera, encender la llama para que los niños y jóvenes
tengan pasión por tan noble creación humana que es el ajedrez.
Por eso, es importante partir de una metodología que señale algunos
aspectos que inciden positivamente en el proceso de entrenamiento y enseñanza,
para que de alguna manera, encender la llama para que los niños y jóvenes
tengan pasión por tan noble creación humana que es el ajedrez.
Por eso, es importante
partir de una metodología que señale algunos aspectos que incidan positivamente
en el proceso de entrenamiento y enseñanza, para que de alguna manera, encender
la llama para que los niños y jóvenes tengan pasión por tan noble creación
humana que es el ajedrez.
Para empezar, diremos que para alcanzar un gran nivel en ajedrez, tienen
que considerarse estos tres elementos:
1. El elemento ajedrecístico.
2. El elemento psicológico.
3. El elemento físico.
EL ELEMENTO AJEDRECÍSTICO
Sin duda éste es el elemento más importante de los tres, sin restar
importancia a los otros dos, ya que el elemento psicológico va cobrado más
importancia en la medida que se va perfeccionando el juego, y una deficiente
preparación física influirá negativamente en juegos de competición.
Para la preparación
ajedrecística tomaremos en cuenta tres aspectos fundamentales a trabajar:
EL ESTUDIO TEÓRICO
El estudio teórico se basa principalmente en el estudio de las tres etapas
de la partida: apertura, medio juego y final.
Apertura
La apertura se considera como la movilización (desarrollo) de las
piezas; ésta es importante para que los jugadores puedan desarrollar su
estrategia en el medio juego.
Para estudiar la apertura,
lo mejor es hacerlo en base al Informador y Enciclopedia de Ajedrez, que es lo
más completo que hay hasta el momento. Aquí lo recomendable es que se vea en
forma detallada con un maestro. No quiero dar a entender con esto que no se
pueda estudiar la apertura solo, sino que aparte de aprender el orden de las
jugadas, tiene que saber el por qué se realizan de esa manera para que puedan
quedar fijos en la memoria; y en algunos casos no es muy comprensible ciertos
movimientos en la apertura; aspecto que llevó a crear este libro con estas
características.
Para el estudio de la
apertura, no sólo se utiliza la enciclopedia y el informador, sino hay que
aprender el concepto global mediante conceptos elementales como:
Cuando la partida avance, se
debe aplicar el método de valoración general y cálculo concreto, y cuando toque
jugar al contrario, hacer valoraciones generales sobre:
1. ¿Qué piezas tiene opciones de cambio?
2. ¿Qué cambios de ubicación (de tipo lógico)
podrían producirse en todas las piezas?
3. ¿Qué amenazas reales existen en ambos lados?
4. ¿Qué plantea mi rival?
El desarrollo debe ser
armónico, jugando en ambos flancos, y hay que recordar siempre que la mala
colocación de una pieza puede dañar la armonía de las demás que, como sabemos,
es muy importante, y afectaría la cooperación entre ellas.
Otro aspecto que considero
fundamental, es que cuando se llega a un nivel competitivo, se debe crear un
repertorio de aperturas con la que se sientan más seguros, pero sin
menospreciar a las demás. Dicho de otra manera, uno debe estudiar la apertura
de manera normal; y si es de su agrado, tendrá que reestudiarse dos o tres
veces más por lo menos, ya que es común que una vez aprendida la apertura, a través
del paso del tiempo se vaya olvidando parte de lo aprendido. Si se vuelve a
estudiar de nuevo, es probable que la persona olvide menos que la vez anterior;
y si la vuelve a reaprender, el olvido será mínimo.
La preparación teórica
general de las aperturas, influirá de manera positiva en la correcta
distribución del tiempo durante la partida. En esto hacemos las siguientes
recomendaciones:
1. Disponer de un repertorio de aperturas más o
menos completo, de forma que haya previsión de las principales líneas de juego
que podrían plantearnos nuestros oponentes.
2. Mantener nuestro repertorio de aperturas
suficientemente actualizado y hacer profundizaciones en algunas variantes
concretas y sistematizar el conocimiento claro de las secuencias de variantes a
propósito.
3. Preparar una variante concreta de acuerdo con el
conocimiento del oponente. También existe el método de escoger una posición
terminal, considerada ineludible (porque si no, el bando contrario quedaría
inferior), que resulte incierta, efectuando en ella un trabajo de
profundización estratégico y táctico.
Indudablemente el estudio
concienzudo de las aperturas es un problema para el ajedrecista, pues se
necesita de una gran dosis de voluntad y dedicación, independientemente de la
bibliografía que es esencial. No obstante, aunque existen infinidad de tratados
y monografías para cada sistema de aperturas, esto solo no es
suficiente, porque intentar conocer de memoria las miles de variantes que existen
en el campo de las posibilidades es improductivo y morboso, embota el
pensamiento y anula la creatividad. Por esta razón, pretendemos dar al
ajedrecista varios consejos metódicos con el fin de ayudarle a abordar
debidamente el estudio de las aperturas.
Desde que se dan los
primeros pasos en el ajedrez, es necesario ejercitar la memoria; esto no quiere
decir que haya que “recitar” todas las variantes, se podría llegar al absurdo.
Como la victoria en el
ajedrez depende de regularidades lógicas, es necesario desarrollar la cualidad
del carácter y el hábito de meditar. Se debe disciplinar el carácter y la
mente, y acostumbrarse a concentrar fija y prolongadamente la atención, pues la
apatía no tiene cabida en la contienda; en ella se ha de mostrar espíritu de
empresa e inventiva. El estudio de la teoría de la apertura exige una memoria
bien desarrollada, por el gran número de sus variantes.
Para aumentar los
conocimientos de la apertura es imprescindible perfeccionar el nivel de juego;
su estudio está relacionado con la asimilación de los elementos tácticos y
estratégicos del medio juego, fase estrechamente ligada con la movilización de
las fuerzas combativas.
El modo de trabajar en la
teoría de las aperturas depende mayormente del carácter del ajedrecista. Es
probable que no pueda establecer una norma general, pero es necesario anotar
todas las partidas jugadas y luego analizarlas en casa con el fin de mejorar
las líneas empleadas; esto es consejo válido para todos. Esto permitirá que el
ajedrecista se vaya familiarizando con el espíritu de la posición, penetrando
en sus interioridades, detalles y sutilezas, en sentido romántico, “sintiendo
la posición cuando llegue ese “sentir” en el momento de ir puliendo el
conocimiento abonando el terreno para iniciar la fase de la creación.
Otro consejo importante es
la creación de variantes propias. Esto despierta el gusto por la teoría de las
aperturas y hace ver que más allá de lo que uno aparentemente conoce, existen
enormes reservas por analizar. La teoría de las aperturas es el fruto del
trabajo de muchas generaciones de destacados ajedrecistas.
Un procedimiento para
profundizar y especializarse en determinada apertura puede ser en primer lugar
el estudio de un artículo sobre determinada variante donde predominarán los
comentarios sobre la idea estratégica y características de la misma. En segundo
lugar, el estudio de las partidas más significativas sobre el mismo tema.
Tercero, el estudio de otras partidas que, aunque no tengan la trascendencia
deportiva que han tenido las referidas anteriormente, pueden repercutir en el
desarrollo de la teoría. Paralelamente a esto se pueden ir jugando algunas
partidas donde se emplee determinado sistema de aperturas, no necesariamente en
torneos y ni siquiera con control de tiempo.
Como complemento a esto, en
la actualidad existen numerosos medios para el perfeccionamiento de la teoría
de aperturas, entre otros, revistas especializadas, enciclopedia de
aperturas, informadores, programas computarizados, etcétera, que
indudablemente son de gran utilidad, pero que siempre debemos dar un margen
para estar alerta y no elegir ciegamente lo que se recomienda en un revista
especializada; por citar un ejemplo. Hay que recordar que los comentarios en
esta partida responden en un mayor porcentaje al análisis concreto de la
posición, pero también a la hora de dar una valoración sobre determinada
posición responde a la personalidad y el estilo de cada jugador. Seguramente en
algunas posiciones examinadas por Grandes Maestros por separado, digamos Mijail
Tal y Vassily Smyslov, estilos diametralmente opuestos, las evaluaciones de la
misma diferirán.
También la práctica de
partidas rápidas puede ser de gran utilidad pues permite en poco tiempo
familiarizarse con las posiciones estudiadas. Naturalmente, eso va a depender
del momento del proceso de entrenamiento en que se encuentre; consideramos que
esto se debe realizar en el periodo preparatorio, ya en el periodo competitivo,
las partidas que no son de torneos si deben ser cronometradas, y si es posible
con el mismo tiempo de la competencia.
El medio juego
El medio juego es la etapa de grandes definiciones donde la estrategia y la
táctica hacen que las piezas sean consideradas no sólo por su valor absoluto,
sino también por su valor relativo; es decir, por la utilidad y cooperación que
presten en un momento dado.
En el dominio del medio juego se debe estudiar por igual Táctica y
Estrategia, respetando sus leyes como son:
Para estudiar el medio
juego, es mejor hacerlo en base a combinaciones. Hay libros muy buenos sobre
combinaciones, pero es aquí donde hago una propuesta: Es la de crear una o
varias antologías, tomando en consideración todos los libros disponibles e irlos
dividiendo en temas específicos, y a su vez, subdividirlos por grado de
dificultad. Esta sugerencia es en base a que cualquier libro de combinaciones
inserta por lo general, los problemas con temas revueltos, y esto hace que se
fijen con mucha más dificultad los temas en la memoria. En cambio, si se
estudian en forma separada, el aprendizaje será mucho más rápido debido a la
coherencia lógica que va adquiriendo en cada problema específico y va
adquiriendo la facultad de entenderlos cada vez mejor. No quiero decir con esto
que se tenga que estudiar mucho un tema, sino que un día se puede estudiar la
clavada; otro día quizá, se podría estudiar desviación de pieza; al otro día
cambiar de tema, por ejemplo, jaque a la descubierta; después se volverían a
tomar los temas para no hacer tan fastidioso el estudio.
La característica más
importante es la estructura de peones; por ejemplo, posiciones de peón aislado,
centro cerrado, peones doblados, retrasados, etc. Puede considerarse también el
material (lucha de piezas mayores, caballo bueno contra alfil malo) como así
mismo la disposición de las piezas, ante todo de los reyes (el rey en el
centro, enroque en lados opuestos, etcétera); de esto se desprende que existan
reglas generales para cada posición, pero aún no es suficiente; tomemos por
ejemplo, si vamos a referirnos al peón de dama aislado. Sabemos que no
solamente representa una fuerza sino también una debilidad; que teniendo un
peón de dama aislado es necesario atacar, mientras que quien lucha contra el peón
aislado debe tratar de simplificar y tratar de explotar la debilidad de la
casilla delante de dicho peón, etc. Para esto existen infinidad de
publicaciones que se encargan de este tema, por citar algunos clásicos: “Mi
Sistema” y “La Práctica de mi Sistema” de Nimzowitch; “Criterio y Táctica” de
Max Euwe; “El Medio Juego en Ajedrez” de Ruben Fine, “Tratado General de
Ajedrez, tomo cuarto” de Roberto Grau; “Táctica moderna en ajedrez, tomos I y
II” de Ludek Pachman, por mencionar sólo algunos. El estudio de estos libros,
indudablemente son de gran utilidad pero no es todo para obtener el éxito, es
necesario dominar métodos de evaluación más sutiles. Notaremos que si
estudiamos el peón de dama aislado tiene mucha importancia considerar si éste
es el resultado de la Defensa Tarrasch en el Gambito de Dama o del Sistema
Tarrasch en la Defensa Francesa, o posiciones que se derivan de la Defensa
Nimzoindia donde las resultantes no son iguales, por cuanto existe una serie de
diferencias en la posición de los otros peones y en la disposición de las
piezas, razón por la cual los procedimientos empleados en estos sistemas
difieren un tanto entre sí.
En el medio juego, lo más
difícil de entender es la estrategia. Aquí no sólo entra la imaginación, sino
también el sentido posicional. Hay variantes donde la combinación es muy
complicada y la posición no es clara. Aquí es donde se pone en relieve nuestra intuición.
La intuición podemos definirla como “la perspicacia para prever el
desarrollo del juego, estimando con la mayor exactitud posible las posiciones
complejas”. Esto se logra mediante un estudio constante mezclado con
una gran actitud para saber enfrentar los retos. Esta parte, por ser muy
compleja, se deberá ver de acuerdo como lo permitan las posibilidades, en
presencia de un maestro.
Para entender el sentido posicional,
es importante trabajar las posiciones típicas del medio juego. Éstas se hallan
estrechamente vinculadas con una u otra variante de la apertura; por
consiguiente, trabajar en ellas significa al mismo tiempo trabajar en la
apertura. El mejor método para estudiar posiciones típicas del medio juego es
la selección de partidas con el subsiguiente análisis de los planes de juegos
utilizados en ellas, de los procedimientos tácticos y de las ideas. Deben
seleccionarse partidas desarrolladas de manera ejemplar por ambas partes, o por
lo menos por uno de ellos. También se recomienda seleccionar precisamente
partidas y no fragmentos, ya que generalmente suele ser útil formarse un cuadro
completo de la lucha, comenzando por las sutilezas de la apertura y terminando
por el final, en el cual también puede haber particularidades típicas,
características del problema en estudio.
Por lo general los ejemplos
se eligen de la creatividad de aquellos ajedrecistas en cuyas partidas se
presentan de manera constante posiciones del tipo bajo estudio; esto significa,
por ejemplo, que si vamos a estudiar el Sistema Taimanov en la Defensa
Siciliana, debemos prestar atención en primer término a las partidas de
Kasparov, del propio Taimanov, etc. Aunque claro, también pueden ser valiosas
otras partidas.
El final
Estudiar el final no es nada fácil si observamos la infinidad de libros que
hay en existencia. Pero vamos a dar unas reglas elementales: si vas a estudiar finales, te recomiendo los libros de Czerniak o
Abervach, tomando en cuenta que son fáciles de digerir. Sólo tu maestro
realizaría algunos ejercicios para ver tu nivel de aprovechamiento.
Los finales de ajedrez nos
permiten aprender algunas reglas de carácter básico como son:
El estudio de los finales,
en la práctica, es uno de los aspectos más engorrosos si tenemos en cuenta el
tiempo que hay que dedicar para mantenerse actualizado en la evolución de las
distintas variantes de la apertura, y que además, necesita mayor esfuerzo para
su comprensión puesto que independientemente de principios generales para todos
los finales que hay que dominar a la perfección, cada tipo de finales presenta
características particulares, y a su vez éstos generan principios generales.
Por eso es recomendable trabajar con finales muy parejos donde se pueden
apreciar las tablas posicionales, ya que en la práctica no es así, porque
siempre gana uno de los dos bandos. Aquí es donde se demuestra que la mayoría
de los jugadores no piensa en el oponente. Por eso es fundamental no descuidar
los finales, tomando en cuenta los siguientes principios:
A esto se le agrega una
evaluación un poco diferente de la que muchos conocen y es la agregación de
décimas. Esto es:
Caballo=3.1
Alfil=3.3
Torre=5
Dama=9.7
Rey=Valor absoluto.
Peón=1
El valor del peón es
variable, porque si se encuentra en línea con otro peón, ése es su valor; si se
encuentra aislado, vale .9; si se encuentra aislado y en la orilla, vale .85;
si dos peones se encuentran doblados, valen 1.5; y así sucesivamente. También
el valor de las piezas también es relativo, ya que su fuerza radica en la
movilidad que tengan en el tablero. Con esta valoración numérica de las piezas
se establece que sólo con unas décimas de ventaja se puede llegar a ganar un
juego. Esto es lo que emplea las computadoras, y no sólo usa las décimas sino
hasta las centésimas.
En el final, la
simplificación de piezas es considerable y, por supuesto, las ventajas de
material cobran un peso considerable; los peones activan al máximo sus
posibilidades de coronarse en Damas y ello aumenta su importancia y
consideración; los Reyes se convierten en poderosas piezas, cuya movilidad por
el tablero puede ser decisiva; los errores suelen ser definitivos, ya sea
producto de una estrategia incorrecta o de una acción táctica que no ha tenido
el orden adecuado de jugadas.
Capablanca en su libro
“Últimas lecciones” refiriéndose entre otros, a principios generales, dice: “El
rey, pieza puramente defensiva en la apertura y el medio juego, se convierte a
menudo, en los finales, en pieza ofensiva, y muchas veces, decide el resultado
de la partida”. Como características particulares y a su vez generales para los
finales de torres podemos decir que la torre apoya mejor un peón pasado detrás
de él. Pero esto es general, el dominio de la técnica de los finales necesita
gran conocimiento de los principios generales del final; de los principios
generales de cada tipo de final y de las particularidades específicas de cada
tipo de final; esto sólo se logra con el estudio teórico y sistemático de los
tratados escritos a estos efectos.
Aquí la memoria juega un
papel importante y su estudio a veces se torna árido por lo que necesita una
gran dosis de voluntad. Nos parece que el método apropiado para su estudio no
es complicado, pero si laborioso: estudio de libros especializados, estudio de
partidas de los jugadores clásicos que se destacaron como finalistas
(Capablanca, Lasker, Rubinstein, etc.) estudio de jugadores contemporáneos
considerados excelentes finalistas (Smyslov, Botvinnik, Karpov, etc.). Es de
considerar lo referido por Averbach al respecto cuando cita el método
comparativo: esto es apoyarse en las propias partidas y compararlas con sus
análogos en libros especializados. También con ejercicios de finales de
partidas que aparecen en revistas, informadores, libros, etc.
OCUPACIÓN PRÁCTICA
He aquí uno de los más importantes aspectos en la preparación del
ajedrecista (actualmente de manera universal se le considera imprescindible)
que, sin embargo, la mayoría de los ajedrecistas apenas toman en cuenta para su
preparación para un torneo. Como es muy difícil explicarlos todos, sólo daré
los ejercicios principales.
Ejercicios de estructuración
Éstos constituyen un conjunto de datos ordenados que cobran una forma
con significado lógico que puede ser:
Por lo tanto, podemos decir
que es más fácil entrenar la memorización de estructuras lógicas combinando
tanto ejercicios secuenciales como razonables.
Otra forma que resultaría
útil, colocando una posición determinada y contemplarla durante un minuto.
Transcurridos éstos, se debe quitar la posición y tratar de restablecer esa
posición y, de ser posible, dar con la continuación correcta.
Otro elemento que no puede
faltar es aprender a jugar con las dos manos de la misma manera. Esto ayuda a
la unificación de los dos hemisferios cerebrales. Lo que tenemos menos
desarrollado la mayoría de nosotros es el hemisferio derecho, ya que casi nunca
utilizamos la parte izquierda de nuestro cuerpo; y así, con el ajedrez podemos
entrenar esa parte que tiene poco uso.
El uso de la intuición
La claridad de apreciación en las posiciones resulta imprescindible, y para
ello, hay que partir de una representación bien nítida de las posiciones sucesivas
durante el cálculo concreto, haciendo buen uso de una imaginación bien
entrenada. Por eso, la práctica del ajedrez reclama la espontaneidad del
pensamiento, y por ello, el análisis lógico debe poseer cierta dosis de
procesos intuitivos. Tanto uno como otro pueden adquirirse, si bien hay
diferencias individuales en las capacidades para lograrlo.
En el pensamiento
ajedrecístico ha de haber una mezcla de procesos lógicos e intuitivos en la
toma de decisiones. La forma en que cada persona combina ambos está en función
de su individualidad.
Hay que facilitar la
ejercitación de la sugestión intuitiva de forma que se haga espontánea y se
perfeccione. Para lograrlo, es necesario que las actividades que se realicen
tengan una adecuada relación de enseñanza y entrenamiento.
Entrenamiento con posiciones temáticas
En una posición dada, el ajedrecista ejecuta procesos mentales para
informarse de sus características presentes; y así, partiendo de esas
realidades, se traza aspiraciones de transformar dicha posición en otra futura
que considere alcanzable y positiva; es decir, alcanzar una “posición temática”
Cuando un jugador puede alcanzar este tipo de posiciones, puede encontrar con
facilidad la secuencia de jugadas adecuadas que le permitan transformar la
posición presente en la posición ideal.
Esto es un entrenamiento
específico, dirigido a organizar al secuencia de jugadas para transformar una
posición presente en otra, considerada temática. Para ello, dimos como datos
los elementos de la posición presente y planteamos que las posiciones de
aspiración o temáticas. Ahora daremos unas claves para que se orienten en la
búsqueda de las secuencias correctas en los medios de transformación, haciendo
que éstas sean más fáciles.
Hay formas básicas en la
búsqueda de posiciones temáticas:
Jugar blitz
Cuando haya una estrechez de la atención, es probable que conduzca a una
valoración poco objetiva, y lo más seguro es que se cometan muchos errores. Las partidas rápidas (blitz) puede ser un
medio eficaz para combatir tal defecto, porque la rapidez con que cambia la
posición impide profundizar en el análisis, pues los problemas se plantean
continuamente en todo el tablero y exige que la atención varíe constantemente.
También es posible jugar simultáneas de 5 hasta 10 tableros. Esto contribuye a
aumentar la capacidad de atención. Esto ayuda sobre todo a soportar la enorme
tensión que se vive en un torneo porque esto hace que no decaiga en un
cansancio mental. Si uno se acostumbra a pensar rápido, tendrá tiempo después
para analizar con más calma, sin tanta presión. Además, al ajedrez activo se le
puede atribuir el mérito de crear en el jugador un buen sentido posicional, ya
que no se puede detener a analizar con profundidad las jugadas, y tiene
que confiar más en su intuición. Pero esto no es una panacea, ya que se tiene
que ajustar el tiempo al conocimiento del jugador. En otras palabras, no se
puede poner a jugar activamente a alguien que no tenga los conocimientos
fundamentales de aperturas como mínimo.
Jugar a la ciega
El juego a ciegas es quizá el mejor
procedimiento de preparación para perfeccionar las propiedades dinámicas del
pensamiento y la atención; el
carácter de tal juego exige una constante y exacta comparación de las imágenes
anteriores con la posición presente y una sistemática verificación a imposición
de esfuerzos volitivos para determinar la atención abstracta. Sobre todo, es
importante no perder de vista la postura exacta de las piezas. Puede decirse
que la pereza de pensamiento es incompatible con el juego a ciegas. Además, tal
ejercicio facilita el desarrollo de la visión combinatoria. En la práctica
podemos tomar como ejemplo cuando Igor Bondarevsky aconsejó a Spassky, su
discípulo, que realizase a ciegas una sesión de juego simultáneo en ocho
tableros contra los ajedrecistas más fuertes de Sochi, la víspera de su match
con Tal en Tbilisi, 1965. En ese encuentro Spassky mostró una extraordinaria
inventiva y dinamismo de pensamiento, además no se apreció en él ninguna
ilusión óptica en el manejo de las piezas.
Perfeccionamiento del juego
Otro procedimiento, no sólo
para calcular variantes sino para perfeccionar la elaboración de un plan y la
evaluación de la posición es auxiliándonos con algún material teórico comentado
y detenernos en una posición determinada, examinarla en un tiempo limitado y
escribir un plan, así como la evaluación de la posición, luego comparar con el
resto de la partida; esto es de gran utilidad para perfeccionar todos los
componentes del medio juego como son: análisis, cálculo, plan y evaluación.
Es de gran importancia
también comentar las propias partidas anotando las variantes analizadas como si
fuera a publicar. También las de otros jugadores. Esto familiariza al
ajedrecista con diferentes posiciones que en un futuro pueden repetirse y que
producto del trabajo realizado posterior a la partida, podamos, recordando
análisis, comentarios, detalles, etcétera, resolver satisfactoriamente
problemas que se nos habían presentado anteriormente, el conocimiento sobre
esas posiciones se ha ido consolidando; además, agudiza la capacidad de
análisis y estimula la imaginación.
EL PROCESO DE ENTRENAMIENTO
Éste es el último aspecto en la preparación del ajedrecista, pues es
precisamente en la práctica donde se
forman los verdaderos ajedrecistas. Se puede conocer mucho sobre una posición
determinada, sobre una apertura conocer infinidad de variantes, quién la jugó,
dónde la jugó, cuándo la jugó tal maestro y, sin embargo, en la partida no
conjugar esos conocimientos con otros atributos que debe tener el ajedrecista
como son: imaginación, capacidad de análisis, atención, concentración, orden de
pensamiento, valor, tenacidad, etc.
Es necesario paralelamente al estudio mantenerse jugando, en mayor o menor
medida, sobre todo partidas de competición. Indudablemente en el periodo
competitivo se jugará más y con más intensidad. Este tipo de partidas nos
permiten evaluar nuestro nivel ajedrecístico. También podremos percatarnos de
cómo estamos en la conducción de situaciones en la defensa de posiciones
inferiores, provocando precisamente dichas posiciones, así como otros aspectos
que sólo se pueden observar en las partidas de torneo.
Pero, ¿cómo es esta
evaluación? Precisamente jugando partidas de entrenamiento no con el mismo
tiempo oficial de las partidas de torneo, sino algo más cortas, por ejemplo,
hora y media para cada jugador, donde ya de antemano nos habremos propuesto
jugar un número determinado de partidas antes de la competencia importante,
pudiendo oscilar esta cantidad entre 60 y 100 partidas para un año, o de 30 a
50 en seis meses.
Si estas partidas en su
mayoría fueran jugadas en torneos oficiales sería mucho mejor, ya que el grado
de responsabilidad con la misma aumenta. Lo ideal sería que el ajedrecista
conozca de antemano sus posibilidades de jugar en tales torneos, así podría enmarcarlas
previamente en su planificación.
EL ELEMENTO PSICOLÓGICO
El factor psicológico tiene una gran importancia en lo que a ajedrez se
refiere. El enfrentamiento de individuales en el ajedrez, claro está, es un
fenómeno complejo que no puede explicarse limitándose al propio juego. Existen
numerosos factores individuales que determinan, a menudo, el desarrollo y el
resultado de la lucha: temperamento, tendencias, hábitos, aspiraciones,
autoapreciación, así como las peculiaridades psíquicas condicionadas por la
salud, la sugestión, el estado de ánimo, etc. Su estudio es una tarea actual
para los psicólogos.
Por eso, a los efectos de la
preparación ajedrecística para una competencia es necesario tener en cuenta el
elemento psicológico desde dos posiciones:
a) La incidencia que pueden tener el
desenvolvimiento del ajedrecista los factores ajenos propiamente al ajedrez
(problemas familiares, económicos, enfermedad, estados de ansiedad peculiares
en el individuo, etcétera).
b) Los factores inherentes al propio ajedrez
(actitud frente a la competencia, inseguridad, falta de confianza en sí mismo,
problemas de la atención, etcétera).
Antes de comenzar el proceso
de entrenamiento, cada ajedrecista o entrenador debe como requisito
fundamental, realizar un análisis sobre sí mismo, tratando de ser lo más
sincero posible sobre los problemas objetivos y subjetivos que repercutan
perturbadoramente sobre él, tales como enfermedad, problemas personales,
cansancio mental, ansiedad, insomnio, problemas con la atención, concentración,
predisposición contra determinados jugadores, miedo a la derrota, subestimación
de sus propias potencialidades, etc.
Después de realizado este
análisis, trazarnos claramente los objetivos que nos proponemos, así como las
tareas que contribuyan a eliminar estas interferencias. En unos casos será
necesaria la intervención de especialistas; en otros, el propio sujeto se
encargará de resolverlos; de ahí se desprende la importancia de la claridad de
los objetivos.
Muchos de los problemas
señalados están implícitos en la propia preparación donde se conjuguen los
demás elementos: el ajedrecístico y el físico.
Después de habernos referido
a situaciones más o menos generales que gravitan sobre la psiquis del
individuo, expondremos algunas situaciones específicas del ajedrecista en la
partida.
La atención es una de las
situaciones mentales que juegan un papel vital en el proceso del pensamiento
ajedrecístico. El Gran Maestro y Doctor en Ciencias Psicológicas N. Krogius
llega a la conclusión de que las emociones del ajedrecista ejercen gran
influencia en el grado de atención. Se sabe que el enojo, la desilusión y el
temor impiden reconcentrarse y profundizar en el análisis. Por el contrario, la
confianza y el sosiego permiten mantener la vigilancia durante la contienda.
El ex campeón del mundo y
campeón de la preparación, M. Botvinnik, en su libro sobre el XI Campeonato de
la Unión Soviética escribe: “El sosiego no es ni mucho menos una cosa
decorativa, la cabeza me funciona mejor cuando estoy tranquilo. Por eso he
procurado desarrollar tal estado anímico, especialmente para participar en
torneos”. De aquí se infiere que es necesario llevar una vida tranquila,
metódica, organizada, sin excesos, lograrlo representaría un paso importante en
la preparación psicológica.
Otro aspecto muy importante
a considerar es la inestabilidad de laatención; se
produce cuando el pensamiento pasa apresuradamente de un punto a otro de la
posición, y hace que se carezca de la continuidad necesaria para poder tomar
una decisión útil; por consiguiente, se altera la sucesión en el juego, los
planes e ideas se mezclan y se realizan desacertadamente. La inestabilidad de
la atención está relacionada con ciertas particularidades del pensamiento.
Aquí, el ajedrecista cree mayormente en la valoración general intuitiva o en la
visión momentánea de variante, lo cual es contrario al análisis lógico y
circunstanciado. Posiblemente, la causa primaria de estas insuficiencias
estriba en la naturaleza del carácter individual. ¿Qué hacer para superarlas?
Cultivar la decisión y firmeza en orden a la elección de un movimiento.
Para incrementar la
estabilidad de la atención podrán realizarse distintos ejercicios que se
incluirán a los efectos de la planificación en la Ocupación Práctica, éstos
podrían ser:
1. Examinar trabajos ajedrecísticos y solucionar composiciones sin la
presencia del tablero.
2. Jugar partidas de preparación a la ciega.
Esto último eleva el grado
de reconcentramiento en la postura de las piezas y en cada idea va surgiendo en
el transcurso de la partida. La representación mental es menos viva que la
percepción visual y sin embargo eleva la facultad de verificar toda conclusión
tomada y exige re-flexionar con exactitud y ordenación. Además, Krogius
aconseja que durante la partida se formulen las siguientes preguntas: “¿me
habré precipitado en valorar la posición, el plan o la idea?”, “¿habré
terminado demasiado pronto el análisis de la variante?” y así sucesivamente.
La estrechez de la atención es otro aspecto a tener en cuenta; existen muchos
jugadores que inexplicablemente cometen errores serios, esto muchas veces
sucede porque este tipo de ajedrecista se sumerge en una idea determinada que
no puede apartarse de ella. La insuficiencia de dominio de sí mismo estabiliza
la estrechez de la atención: limita la amplitud del pensamiento, conduce a una
valoración no objetiva de la posición y de ahí a cometer errores.
Al estabilizarse la
estrechez de la atención no se advierten a menudo los llamados movimientos
intermedios, ni otras inesperadas réplicas del adversario en otros lados del
tablero. Estos ajedrecistas se han quedado rezagados en la comprensión de la
dinámica de la lucha en el tablero comparado con su elevada capacidad de
analizar profunda y detalladamente una idea o una variante.
Las partidas rápidas pueden
ser un medio eficaz para combatir tal defecto, porque la rapidez con que
cambian las situaciones en esta forma de juego impide extremar la profundidad
en el análisis de un plan determinado, pues los problemas se plantean
continuamente en todo el tablero y exige que la atención varíe constantemente.
Es posible jugar simultaneas
cronometradas con ocho a diez tableros disponiendo de una hora para cuarenta
jugadas. Esto contribuye a aumentar la capacidad de la atención.
También puede resultar el
tomar una posición y contemplarla durante 30 segundos; transcurridos éstos,
quitar la posición y tratar mentalmente de establecer la posición y dar por
separado la característica general de la lucha en uno y otro flanco.
Conviene ejercitarse en el
hallazgo de soluciones paradójicas, esforzarse por descubrir toda excepción a
la regla. En las partidas de preparación es útil aplicar las variantes de
aperturas más difíciles, con el fin de ver el objetivo principal; no es el
resultado, sino la búsqueda de los recursos ocultos de la defensa.
Existen otros métodos y
procedimientos para mejorar el aspecto psicológico, pero eso le correspondería
a un trabajo especializado sobre psicología del ajedrez.
EL ELEMENTO FÍSICO
He aquí uno de los aspectos más controvertidos en el ajedrez. Existen dos
corrientes: los que preconizan la necesidad de la preparación física y los que
consideran innecesaria. Muchos de los que preconizan la primera posición
estiman que es necesaria una concienzuda, planificada y sistemática preparación
física, apoyándose en que el factor resistencia es muy importante para la
participación en competencia. Otros, los que preconizan la segunda posición
niegan absolutamente la necesidad del elemento físico. Afortunadamente esta
última posición cada día tiene menos adeptos.
Incuestionablemente la
primera posición es preferible, pero considero que no hay por qué llegar a
extremos. Es verdad que el ajedrecista necesita ser resistente a los efectos de
la participación en competencia, pero esta resistencia es una resistencia
especial que no se adquiere fundamentalmente jugando. Se da el caso de
jugadores de débil complexión física incapaces de someterse a prolongados
esfuerzos físicos y sin embargo, son capaces y lo hacen con frecuencia, de
jugar partidas de más de 10 horas que requieren un intenso trabajo intelectual
y que su peculiaridad es jugar a ese ritmo en casi todas las competencias en
que participa. Naturalmente, hay que pensar que si este jugador estuviera más
capacitado físicamente, su rendimiento sería superior.
Lo cierto es que el
ajedrecista debe buscar su mejoramiento físico, no solamente como tal, sino
respondiendo a las exigencias de la época, donde las tensiones y el estrés son
característicos de la vida cotidiana, pero tampoco debe someterse a regímenes de
preparación física que puedan engendrar tensiones adicionales. El elemento
físico en el ajedrecista debe tratarse como un medio de cultura física, donde
el objetivo primordial sea mejorar la salud del ajedrecista. Los gimnasios de
cultura física pueden contribuir mucho a esto; también la práctica sistemática
de deportes donde además del mejoramiento físico que lleva implícito dichas
prácticas haya goce y placer. Este es el caso por ejemplo, del que tiene
hábitos de jugar baloncesto todas las tardes, ese mejora físicamente a diario y
además disfruta. Otros disfrutan mucho con la práctica del trote, en pista y a
campo traviesa. Esto último es ideal, siempre que se pueda en compañía de
alguien, lo que alivia ostensiblemente la soledad que rodea al que corre distancias
largas; con esto se evita cierta tensión emocional que se desprende cuando se
corre solo.
La caminata también puede
ser un método idóneo para el mejoramiento físico, sistema preferido de
Botvinnik durante la competencia; tiene la ventaja de que en el transcurso de
un torneo puede practicarse fácilmente; además, el contacto con la naturaleza
ayuda al bienestar espiritual del individuo, lo que repercutirá favorablemente
en el estado de ánimo para la partida.
CONSIDERACIONES FINALES
Esto son los conceptos
fundamentales para trabajar en forma metódica, si es que quieres llegar a ser
un buen ajedrecista: sin embargo, esto no es una panacea. Pueden existir otras
metodologías que quizá sean diferentes a ésta, pero lo importante es que tengas
algún elemento con el que puedas empezar a mejorar tu nivel ajedrecístico.
Espero críticas constructivas y compartan otras metodologías.
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Los comentarios son como siempre bienvenidos!
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